expediente ebrard

hechos y malhechos del desgobierno del gdf


serenidad y paciencia, chucky, mucha paciencia

en un ejercicio de análisis de la realpolitik -como le nombra-, eduardo valle establece un par de escenarios posibles para chucky

El señor Andrés Manuel López Obrador promueve en su entidad natal, sin espléndidos resultados, la candidatura de César Raúl Ojeda para gobernador de Tabasco. Mientras tanto, la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (ni modo que sea impopular... es "de los pueblos") busca alargar la confrontación regional más allá del 15 de octubre. Y en Guerrero ya se construye otra asamblea popular... de los pueblos. Una más podría surgir en Michoacán.

Mientras tanto, el elegante Marcelo Ebrard limpia sus armas. Sabe que, para él, la definición llegará el 4 de diciembre; por ello no tiene prisa para antes adquirir compromisos irrenunciables. ¿La Constitución o López Obrador? Eso no lo sabemos aún. Mientras tanto, Ebrard juega con la demagogia de la reunión de las tres mentiras: la llamada Convención Nacional Democrática. De esta forma, el señor López Obrador, su estratega principal (Ricardo Monreal) y su teórico constitucionalista (Luis Javier Garrido) parecerían haberle dado un descanso al país. No es así: sólo se encuentran en un periodo de reorganización de fuerzas.

Este periodo pasa por los días por venir en Oaxaca, el 15 de octubre en Tabasco, el 20 de noviembre en la ciudad de México y, claro, el 1 de diciembre, cuando, nos dicen desde el movimiento lopista, "el pelele" Calderón Hinojosa buscará lograr su imposición, "cuando no tiene la autoridad moral ni política para gobernar". Menos por estos días, cuando el poder "de trasmano" de Carlos Salinas, derivado del pacto del PRI con el PAN vigente desde 1988, muestra sus límites. Calderón, "el pelele de Salinas de Gortari y de los grupos de poder con privilegios espurios", aseguran, no protestará como presidente constitucional. Lo impedirá el pueblo pacífico, inteligente y creativo. Y si para ello es necesaria otra concentración de delegados -un millón, 2 millones, 4 millones- en la ciudad de México, del 20 de noviembre a los primeros días de diciembre... pues... adelante.

El noble, leal y patriótico pueblo apoyará a su presidente legítimo en la misma capital. Más aún cuando el gobernador del DF, la mayoría de los delegados políticos (no todos, conste), docenas de legisladores y funcionarios y los tres partidos del Frente Amplio Progresista exclaman al unísono: "Sufragio efectivo, no imposición". Una forma legalista de demandar: "Solución o revolución". Sobre todo en las conciencias, de las almas, para pronto superar esta horrible pobreza y una República corrompida por los privilegios espurios. "Espurio" (falso o bastardo) es una palabra muy importante en el lenguaje del movimiento lopista. Hace falta entonces: valor, mucho valor. En Oaxaca, Tabasco, Guerrero, Michoacán, el DF y, si acaso, en Veracruz o donde se pueda.

La táctica es evidente: hay que llegar al 20 de noviembre con la mayor cantidad posible de manifestaciones de "doble poder". Por ello el conflicto en Oaxaca se alarga, esperando al menos el 15 de octubre. Así podrá darse otro "doble poder" en Tabasco, y para ello Raúl Ojeda deberá ser funcional a este objetivo. Si gana: bravo. Si pierde: doble poder. En realidad Ojeda no importa mucho. El doble poder, sí. Lo esencial es que el clima de confrontación de los dos poderes (los legítimos y los espurios) se manifieste al máximo, para que el 20 de noviembre al presidente de los pobres, una mujer, Jesusa o Elena o la Chaneca, le coloquen su banda presidencial y él llame a impedir la usurpación. Eso sí: de manera pacífica y hasta divertida.

En esta perspectiva el movimiento lopista se enfrenta a una difícil disyuntiva. Si de por sí, ahora mismo, el lopismo comienza a descomponerse frente a los duros hechos de la realpolitik -Calderón comienza a actuar y a verse como el presidente real para el próximo sexenio, y su base constitucional e institucional le dan amplio margen para ello-, si fracasa la ofensiva final lopista, la cual va del 20 de noviembre a los primeros días de diciembre, entonces el lopismo va a resentir de inmediato el desprendimiento de todos aquellos que piensen más allá de los apellidos López Obrador. Y eso incluye al leal, inteligente, bravo y elegante Ebrard. Quien, si ya sabe por qué fracaso el intento de rompimiento "desde adentro" de la ceremonia del sexto Informe presidencial, entonces verá facilitada su toma de decisiones. Y si no lo sabe, pues... peor para él.

De una buena vez: la figura trágica inmediata del lopismo no será López Obrador, sino el político ahora lopista conocido como "el carnal Marcelo". AMLO podrá designar a su gabinete, si algunos o muchos se prestan a la broma, y podrá recorrer en su Tsuru blanco los poblados de México para hablar de soluciones democráticas (más hacia el sur que en relación con el norte). Y hasta por ahí podrá ser aclamado. O podrá viajar como poderoso a Venezuela; o quizás a Honduras, donde le recibirán sus muchos fans. A Cuba, como "presidente legítimo", no. Ahí la realpolitik pesa demasiado. En cambio, Ebrard tendrá que cumplir con un mandamiento constitucional: quien finalmente determinará el nombramiento del jefe de policía y del procurador de Justicia en el DF será... Felipe Calderón.

A menos que Ebrard se coloque a la vanguardia y de aquí al 4 de diciembre pase de la desobediencia civil a la insurrección. Una palabra que bien rima con revolución. Aun cuando aquí, por elemental prudencia, debemos recordar que "asonada" también rima y bien con "nada". Con todo, más allá de este escrito, la estrategia del lopismo busca llegar a sus extremos. Si bien pacíficos, de lo cual somos testigos. Pasa por Oaxaca y Tabasco, y en promover el doble poder donde sea. Y así llegar al 20 de noviembre (con la protesta "legítima" de AMLO) para de ahí retar, con "el pueblo" en las calles y en las plazas, al poder espurio. Lo dicho: la asonada y la nada. Cruel es el destino.

en una palabra: el nombre del juego es esperar a que se pudra el obradorismo y entonces hacerse a un lado de la manera menos conflictiva posible

ebrard no es pendejo -políticamente hablando-, así que jugará en la doble vía, como indica eduardo valle, tanto como sea posible y como sacarle provecho pueda

ya lo decía mi abuela: cría chuckys y te sacaran los ojos ...

enlace directo al editorial de eduardo valle: acá mero


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